NO HAY MAYOR POBREZA QUE LA SOLEDAD..
Madre Teresa de Calcuta
Queremos compartir con ustedes nuestra experiencia visitando el
Geriátrico de la Comunidad de Nazareth, una obra iniciada hace 15
años en Colombia por el hermano Héctor Boschini , un padre Italiano, sencillo y
enamorado de Jesús, que vio la necesidad de cuidar a los ancianos
colombianos desamparados.
Encontramos muchas veces en las instituciones personas
abandonadas, excluidas, solas y sin nada de amor ni compañía para
su ser. Son estas personas las que nos mueven a trabajar día a día por
ellas, las que nos dan el aliento incansable para sacar adelante
cualquier tarea, cualquier idea. Nuestros sentimientos al estar junto
a ellos no se puede expresar de mejor manera, que como lo hizo Sor
Teresa de Calcuta en su visita a un hospicio en Estados Unidos…
“La Madre Teresa de Calcuta abordó el caso de los ancianos y contó
una anécdota triste de haber estado en un hospicio en Estados Unidos,
donde los ancianos tenían todo, televisión, instalaciones muy
adecuadas, muy buena alimentación, pero a pesar de eso, ella pudo
percibir un tremendo clima de tristeza, y constantes miradas hacia la
puerta… entonces preguntó ¿por qué todos miran a la puerta? ¿Por
qué todos están tristes? Y la enfermera que la acompañaba durante su
visita le contestó: porque todos esperan con ansias que venga un
familiar a visitarlos y no vienen, por eso todos miran a la puerta. Tal
vez en nuestra propia familia tenemos a alguien que vive la pobreza
de sentirse solos”.
Para muchos de nosotros la vejez esta vista como una carga, una
imposibilidad total de cuidar al abuelo, al padre, la madre o
simplemente aquel tío que nos contaba chistes; la familia es nuclear,
el papá, la mamá, los hijos y hasta el perro, pero no el anciano,
mientras que en otras culturas son vistos con respeto, autoridad y
sabiduría. La exclusión, indiferencia y el desprecio hacia ellos por
sus seres queridos se ha convertido en su mayor problema. Los viejos
no se quejan como niños, no hacen berrinches, somatizan el rechazo,
contraen enfermedades y se debilitan.
Gran parte de los asilos, geriátricos o de las fundaciones dedicados a
atender a los adultos mayores, les aseguran el acceso a: alojamiento,
alimentación, peluquería, provisión de ropa y lavandería. Pero la
soledad se la aseguran sus familiares.
Si por el lado dela familia el anciano está olvidado, por parte del
gobierno la diferencia no es muy grande porque, existen leyes que
cobijan la tercera edad, pero poco se promulgan y casi ninguna se
hace cumplir.
La FUNDACION S.G.I. ha decidido hacer presencia en algunos
geriátricos de la ciudad, para poder darles una tarde en la cual ellos
puedan distraer sus mentes y mirar al horizonte con nuevos ojos,
llevando una tarde lúdica al asilo para poder acompañar durante un
momento sus soledades.
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