martes, 1 de septiembre de 2015



NO HAY MAYOR POBREZA QUE LA SOLEDAD..

Madre Teresa de Calcuta

Queremos compartir con ustedes nuestra experiencia visitando el

Geriátrico de la Comunidad de Nazareth, una obra iniciada hace 15

años en Colombia por el hermano Héctor Boschini , un padre Italiano, sencillo y

enamorado de Jesús,  que vio la necesidad de cuidar a los ancianos

colombianos desamparados.

Encontramos muchas veces en las instituciones personas

abandonadas, excluidas, solas y sin nada de amor ni compañía para

su ser.  Son estas personas las que nos mueven a trabajar día a día por

ellas, las que nos dan el aliento incansable para sacar adelante

cualquier tarea, cualquier idea.   Nuestros sentimientos al estar junto

a ellos no se puede expresar de mejor manera, que como lo  hizo Sor

Teresa de Calcuta en su visita a un hospicio en Estados Unidos…

“La Madre Teresa de Calcuta abordó  el caso de los ancianos y contó

una anécdota triste de haber estado en un hospicio en Estados Unidos,

donde los ancianos tenían todo, televisión, instalaciones muy

adecuadas, muy buena alimentación, pero a pesar de eso, ella pudo

percibir un tremendo clima de tristeza, y  constantes miradas hacia la

puerta… entonces preguntó ¿por qué todos miran a la puerta? ¿Por

qué todos están tristes? Y la enfermera que la acompañaba durante su

visita le contestó: porque todos esperan con ansias que venga un

familiar a visitarlos y no vienen, por eso todos miran a la puerta.  Tal

vez en nuestra propia familia tenemos a alguien que vive la pobreza

de sentirse solos”.

Para muchos de nosotros la vejez  esta vista como una carga, una

imposibilidad total de cuidar al abuelo, al padre, la madre o

simplemente aquel tío que nos contaba chistes; la familia es nuclear,

el papá, la mamá, los hijos y hasta el perro, pero no el anciano,

mientras que en otras culturas son vistos con respeto, autoridad y

sabiduría.  La exclusión,  indiferencia y el  desprecio  hacia ellos por

sus seres queridos se ha convertido en su mayor problema.  Los viejos

no se quejan como niños, no hacen berrinches, somatizan el rechazo,

contraen enfermedades y se debilitan.

Gran parte de los asilos,  geriátricos o de las fundaciones dedicados a

atender a los adultos mayores, les aseguran el acceso a: alojamiento,

alimentación, peluquería, provisión de ropa y lavandería.  Pero la

soledad se la aseguran  sus familiares.

Si por el lado dela familia el anciano está olvidado, por parte del

gobierno la diferencia no es muy grande porque, existen leyes que

cobijan la tercera edad, pero poco se promulgan y casi ninguna se

hace  cumplir.

La FUNDACION S.G.I. ha decidido hacer presencia en algunos

geriátricos de la ciudad,  para poder darles una tarde en la cual ellos

puedan distraer sus mentes y mirar al horizonte con nuevos ojos,

llevando una tarde lúdica al asilo para poder  acompañar  durante un

momento sus soledades.





















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